Querer no debería ser tan trágico. Todo no puede doler, así que hay dolores que elegimos callarnos.
Hoy me duele la garganta, pero me callo los pequeños pinchazos en el alma.
Ayer me dolía lo que no será, en cambio, mi explicación era la debilidad de un pequeño catarro.
Salí del palacio de las hadas rotas con mis alas en perfectas condiciones pero con dos puñaladas en el corazón. Luego vino lo peor.
Sin embargo, tener polvo de estrellas es una ventaja. El otro día me ofreciste perfume, y terminamos tomando un café. Con esos ojos verdes frente a mi, y hablando francés. Qué voz tan dulce, qué bonita estabas hecha polvo después de trabajar. Ni por un segundo me engañaste, eras un hada en medio de la multitud, nos miraban sonreirnos, y te desprendiste de mi mano lentamente cuando nos dijimos adiós. Espero que algún día, podamos volar a mi mundo faérico, y no te va a sorprender porque dentro de ti lo conoces ya.