martes, diciembre 26, 2006

susurros

Tengo un secreto:
la vida jode y hiere.
La vida jode y hiere, y, a veces, luego no sana.

Tengo un secreto, pero, a veces, la vida jode, hiere, no sana, gangrena, duele. Y tú no quieres escucharme.

Tengo un secreto... la vida sigue.


... y vuelve a doler, a joder, a tapar los oídos.
La vida sangra.

jueves, diciembre 14, 2006

Cuando se viaja tanto, perdida entre mar y aire, por océanos, montañas y tierra...
Si se viaja tanteando, entre caminos internos y lagunas desconocidas, oscuras, amaneciendo con luces recién nacidas...
En las reubicaciones, en los encuentros con la vida que quedó atrás, de la que tomamos un camino que no venía en la encrucijada del mapa que teníamos...
Qué ocurre?
Cómo se ordena lo que se echaba de menos?
Este es el lugar camino al sol, la brisa es todo lo que empuja, pero las voces llegan igual. Solo que bajitas. Susurrando, en vez de hablar.
Fuera los tapones de aislamiento, las capas de protección, el forro en el pecho que impida heridas, constipados, contorsiones de placer y dolor. A la vez, enredando más el esquema que no aprendimos a desarrollar.

Un baño caliente que limpie las huellas sucias. Que se vea el agujero succionar cada pregunta; dónde irán?
Y un año más, nos buscaremos entre alcohol y risas. En paseos donde los pájaros cantan. Hay un nido, hay polluelos en el conducto de aire del cuarto para ahogar las dudas. Los escucho protestar hambrientos mientras recupero entre el vapor mi imagen del espejo.
Para resurgir en la tierra, donde nunca es invierno.