miércoles, junio 20, 2007

Removiendo recuerdos.

Cuando era chiquita, mi amiga Mamen y yo levantábamos las piedras del corral de mi abuela, o de la suya. De nuestras casas de pueblo, de toda la vida. La de mi abuela es de techos altísimos, bigas exteriores de madera, pozos bajo el suelo, de cuando la guerra, trasteros con objetos imposibles. Rincones donde parían las gatas. Vamos, una mina de tesoros e imaginación para niñas como tú, o yo.A lo que iba. Las piedras viejas del corral parecen un mosaico arcaico, pero ordenado, tranquilo, donde solo crece alguna hierbecita entre las juntas. Pero si las levantas, nunca sabes qué vas a encontrar: barro, bichos bola, arañas, gusanos... Siempre adoré los bichos, jugábamos con ellos, cuidadosamente, para no lastimarlos. TODOS, menos las cucarachas. Las arañas de patas finas y largas eran mías, y las gordas peludas de Mamen. Acuerdo tácito. Yo quería ser veterinaria, pero las ciencias no eran para mí. Así que abandoné a los animales por las personas. Mamen, a día de hoy, es bióloga.
Si remueves las piedras, puedes encontrar bichos bonitos, barro, suciedad y tesoros ocultos, como Amelie, pero ahhhhhhhhhhh. También hay cucarachas. A veces, es mejor dejar algunas piedras donde están.

16 comentarios:

Blogger Alice ya no vive aquí ha dicho...

Y aún es peor cuando no hace falta levantar piedras para encontrarlas, cuando en estampida calurosa y sin previo aviso, han decidido hacer crecer unas alas que no les corresponden, y dedicarse a inundar las calles de la ciudad, y a veces incluso, que lo se de buena tinta, colarse por algunas ventanas... arf

;-)

4:50 p. m.  
Blogger claradriel ha dicho...

Qué suerte la suya, y qué rabia.

Ojalá me salieran a mí unas alas, para entrar furtiva por alguna que otra ventana..

Besos, guapa.

4:59 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Yo tengo fobia a las arañas gracias al susto que me llevé de niña cuando abrí la página de un libro de texto y me encontré una enooorme negra y amarilla... no recuerdo si era peluda o no... sólo que desde ese día no podía abrir ese libro sin notar sudores frios.

5:42 p. m.  
Blogger querida_enemiga ha dicho...

¡¡Joder con las cucarachas, ya!!

7:24 p. m.  
Blogger claradriel ha dicho...

Watari...
las asociaciones son a veces tan firmes en nuestro interior!
Somos como perros de Pavlov, ante estímulos interiorizados. Solo que con mucha más facilidad.

A mí, las arañas me recuerdan a la niña con trencitas que lo removía todo... =)


Querida enemiga,
ya basta de cucacharas, o nos vamos a traumatizar... haha. Tienes razón.
(Será un poni??)

9:23 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Ayyy Clarita, pero supongo que tendremos que aprender a diferenciar cuales son las piedras que esconden bichos bonitos, y cuales cucarachas, no?? complicado...

aunque estoy poco lúcida esta noche, sobredosis adorable de cuentos y vino ;-)

Un beso, niña linda

12:13 a. m.  
Blogger Brays Efe ha dicho...

Dame 100 piedras con cucarachas si después me encuentro una piedra co un tesoro oculto Amelie.

Aunque si me das el tesoro Amelie primero, tampoco me quejo...

9:01 a. m.  
Blogger claradriel ha dicho...

Carmen,
yo diría que el vino, en su justa medida, da lucidez. Igual que los cuentos. Deduzco, pues, que lo tuyo si ha sido una sobredosis! Sentidos embotados?

Sí es complicado, sí, pero así son los juegos!



Brays,
eso también es verdad.
Perseverancia...

10:23 a. m.  
Blogger juan rafael ha dicho...

¿y no te aparecen escorpiones?
No te preocupes, al final hallarás la que contiene debajo el tesoro.
Besos.

12:50 p. m.  
Blogger Jocgart ha dicho...

Pero sin arriesgarte a encontrar un bicho feo no sabrás si había algo más oculto ahí debajo... Más vale arrepentirse de haber levantado la piedra que de no haberlo hecho...

Un saludo

9:25 p. m.  
Blogger Para, creo que voy a vomitar ha dicho...

Que bonita "metásfora"... Es cierto, a veces es mejor dejar las piedras donde están y no tirarlas al mar para ver como rebotan.

Pero a ti no te picarían todos los bichos?¿¿¿??

10:19 p. m.  
Blogger querida_enemiga ha dicho...

¿Oye reina, tú no estuviste en Escocia? Pues anda, pásate por mi "bloss".

10:55 a. m.  
Blogger tron ha dicho...

cómo saberlo, mi curiosidad a veces podía con mi aracnofobia, pero otras no.. a veces hay que dejarlas donde están, pero aún sabiendo que te no hará bien removerlas, otras lo haces, y sigues, enfrentándote a tus miedos..

2:40 p. m.  
Blogger Burnout. ha dicho...

Eso hacíamos nosotros en Javea (Xavia) todos los veranos mis hermanos y yo hasta que a uno le picó un alacrán ¡Que susto nos dimos, y que mal lo pasó mi hermano!

Un saludo.

8:15 p. m.  
Blogger claradriel ha dicho...

Juan Rafael...
lso esorpiones de mi vida no se esconden bajo rocas, llegan tan tranquilos. Y yo acepto el reto. Inxonsciente de mí.



Jocgart,
la cuestión es que no me arrepiento de levantar piedras. Me gusta!!


Arc,
me han picado mosquitos, piojos, pulgas, abejas, medusas, sanguijuelas de mar...
pero así se desarrolla la tolerancia!! Ahora soy inmune, haha.

11:31 a. m.  
Blogger claradriel ha dicho...

Querida enemiga,
he estado. En Escocia y en tu blog. Tú sí que eres un bicho, haha. Lo dice mi envidia, no yo, guapa!!
;)


Tron,
si ayuda a vencer miedos, yo digo que una picadura es un precio bajo.


Burnout,
Xàvia no es Almería, pero yo me dejo caer todos los veranos, a hacer snorkel!!
Qué casualidad.

11:34 a. m.  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio